1.Consulta con él para encontrar maneras de reducir la tensión que él experimenta. Habla con él sobre lo que está pasando en la escuela o en el trabajo. Los niños con Asperger tienden a ser muy nobles. Si ellos no pueden seguir el ritmo de la clase, entonces pueden intentar resolver el problema simplemente negándose a coger el autobús de la mañana. Es más fácil decir: “Nunca iré al infierno” que decir: “Me siento tonto, incapaz de hacer el trabajo”, “¡ Ayúdenme !”. Si ellos no pueden seguir el paso en un duro trabajo en equipo, entonces tienden la toalla y tener un ataque de ira y frustración.
2.Usa, con tacto, una sugerencia de antemano. Una buena sugerencia es simplemente mantener la cantidad correcta de estímulo verbal y táctil junto con una indicación clara y concreta del próximo paso, declarado en términos visuales.
3.Guiar desde detrás. Para reducir la pasividad tienes que lograr el hábito de seguir un poco detrás al niño. Tu vas a su marcha. Si él se detiene, tu paras y entras en el papel de consultor con él. “ Estás haciendo un gran trabajo, ¿Buscas algo ahora mismo?”. Refrena tu propio enojo, respira profundamente y rodea el problema. Dale el tiempo que necesita.
4.Ayúdale a calmar el ritmo de su respiración. Si él se enfría y no puede conseguir cruzar la puerta para tomar el autobús que le llevará a la fiesta de cumpleaños de un amigo, pregúntale lo que puedes hacer tu para ayudar. Si no contesta, asume que él está experimentando ansiedad y que, aunque parece sereno y muy tranquilo por fuera, en su interior, su mente está corriendo a gran velocidad. Simplemente siéntate de forma serena a su lado y permite que tu ritmo de respiración relajado calme el de él. Díle cualquier cosa que pienses que puede tranquilizarlo un poco más y entonces vuelves a guiarle al próximo paso cuando él pueda comprenderte mejor.
5.Enseñarle a tomar una decisión binaria. Una de las causas más poderosas de la pasividad es el sentimiento del niño con el Síndrome de Asperger de que alguna tarea es tan inmensa y compleja que posiblemente no podrá conseguirla. Para superar esta barrera, enséñale cómo descomponer cualquier problema en dos decisiones. Él toma una de las decisiones y entonces descompone la próxima parte del problema en dos nuevas decisiones, y toma una de ellas hasta que el trabajo está hecho.
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